La imagen, realizada por el granadino Benito Barbero Medina en la posguerra, presentaba una policromía muy maltratada, llena de impurezas y repintes siendo el deseo de su Hermandad el que se volviera a intervenir dicha imagen yacente.
La nueva policromía, en tonos mas claros, intenta realzar aún más si cabe el modelado de la imagen, destacando las livideces cadavéricas del momento que representa este Cristo muerto, amoratando las llagas de pies, manos y costado, así como las rodillas y la llaga del hombro.
Los regueros de sangre se han dibujado nuevamente a punta de pincel y a base de veladuras, pero sin exagerar, así como se le han colocado unas pestañas de pelo natural.
Desde aquí agradecer a su Hermandad la confianza depositada en mi persona para intervenir a sus dos Sagrados Titulares, Nuestra Señora de la Soledad y el Cristo del Santo Sepulcro.